3.30 de la mañana

3.30 de la mañana, el Iguana debe de estar a punto de plantearse cerrar las puertas a todos esos nuestros colegas de copas, así que muchos de ellos deben de estar planteandose si es mejor perfeccionar el grado ya conseguido en otros bares, irse al Barabass a pelearse con un puerta a ver si te deja entrar en una más que desértica pista de baile con música más que deseable, o mejor irse a ver unas recogidas de pasos de semana santa... Mejor me voy a mi casa y me echo a dormir, o dejo que las copitas y la inspiración den paso a un nuevo post...

Increible, mortal, criminal o como te de la gana llamarlo, porque todas son palabras que algún momento entoné de la forma característica, es la adaptación del Erasmus a este segundo descanso... No es sino otro cambio más a la larga lista... pero realmente éste se está saliendo del pellejo, pues es un no parar de disfrutar los momentos en esta bella península del sur.

Llegar a casa después de un partido en el que trás recibir un sobervio repaso de futbol, en el que lo mejor es aplaudir la entrega y la actitud (poco más se puede), pegarte una ducha, salir de ella toalla en cintura y sentarte enfrente del ordenador durante unos minutos para chalar con algunos situados a unos miles de kilómetros, pero disfrutar de la brisa que entra por la ventana... mmmmmm, da esa sensación difícil de explicar... La llamada de mi prima Úrsula para salir con nosotros después de varios meses, charlar con Javi Gómez por el telefono contándote acerca del nuevo boogie que se va a comprar, llegar al Iguana cuando aún no hay nadie, ver llegar a Cañi con su medio barba medio bigote contándonos que le han vuelto a comparar con otra etapa más de la vida de Camarón, saludar a algunos compañeros de facultad, observar como Ana llega y ya no necesita ni saludarte de lo harta que está de verte, llegar Terete y Humberto acompañados de la bici, Juli con su nuevo pelado luciendo gala del buen gusto de su madre a la hora de comprarle ropa, la llamada de Fofi a destiempo y desde el lugar incorrecto para luego aparecer con una gran sonrisa y las ganas de marcha a sabiendas de que la fiesta va a durar poco, Alón, Ami y Nando con su plan del Palmar últimando detalles... Y todo envuelto en una freca brisa acompañada de las cervecitas servidas por un ya más que conocido barman, tras una rica charla telefonica desde Madrid, con personajes característicos gaditanos como pueden ser uno que se despide a lo mejor por decimo tercera vez de su solteria envuelto en una rica lenceria, y con la salida accidentada de un señor de edad algo poco acorde al sitio con algunas copas de más acompañado amablemente por los camareros del local...

Todo eso hace que un Martes Santo en Cádiz se salga de lo común y corriente, pero es que las tres y media de la noche suele ser una hora complicada de relatar cosas... que le vamos a hacer... jejeje, a ver quién es el guapo que deja un comentario coherente tras estas cosas sacadas de la realidad gaditana, la cual poco ya nos llama a los gaditanos la atención... Y de cuantas cosas me habré olvidado por el camino...

Vente un añito a vivir a Cádiz y a ver si al final del todo no acabas loco como una cabra... suerte

London II

Seguimos con la segunda parte del post, que para eso la dejamos pendiente, no? Jejeje, además ahora viene sin lugar a duda la mejor parte, donde se van a contar más anécdotas que visitas...!!!

Harrods. Probablemente la visita más curiosa de todas, después de alejarnos de la zona más turística decidimos irnos a los centros comerciales más famosos de London sin lugar a dudas. Es algo así como el Corte Inglés pero en vez de Green Coast tienen Versace y Armani... Bah! Pequeñas diferencias de nada... jeje. Bueno, en estos grandes almacenes viendo tanta atracción de Marketing opté por aventurarme en solitario a descubrir ese poder que es capaz de hacer que una sola compra de galletas se convierta en una visita a Gucci y te acabes gastando unos míseros 6.000 € o algo así!! Increible, pero verdaderamente increible el estudio que tienen hecho, la forma de pasar de zonas de blancos y negros, se puede pasar a una sala llena de púrpuras y azules y que no te disguste nada el cambio... Increible, increible es entrar en la joyería de Cartier, donde un pequeño gorilla de 3 metros cúbicos sea capaz de no esbozar ninguna mueca mientras a lo mejor se pregunta si eres otro niñato de miezda que ha entrado en su salón particular o si realmente estás tan podrido de dinero que puedes regalarle a alguna amiga un par de colgantes y pendientes de nada... También resulta increible un centro comercial donde los dependientes son capaces de lidiar con gente de tantísimas zonas del mundo, llegados en metro o en simples Rolls Royces... casi nada...

Oxford Street. Sin lugar a dudas otro de los important points de London, ya avisaba con conocimiento de la causa Belén al decir que en esa calle en cuestión de tiendas estaba TODO!!! Gente, gente y más gente!!! Es aquí probablemente donde notas la grandeza de London, porque si en Edimburgo Princes Street se convierte en un colaero de gente, no quiero ni pensar cuanta cantidad de gente puede pasar por esa calle en cero coma dos segundos... Recordaré toda mi vida el video grabado a David en el que no para de pasar gente mientras esperábamos a dos despistados Enrico y Slobo que estaban "cerca" nuestra... Eso sí, pocos lugares de fiesta a partir de las 23.00 de la noche, ahí si que os pateamos el culo los escoceses!!! Pero bueno, nadie puede negar la grandeza de esta capital de Europa...

Buckingham Palace. O lo que considero la peor parte de mi visita a London... Además de que mi amigo William se hizo el prepotente y no le dió la real (y nunca mejor dicho) gana de recibirme, por miedo a que a lo mejor algún paparazzi nos fotografiara juntos... Él se lo pierde! Pero bueno, como uno tiene pocos amigos en este mundillo de nada, pués hale tuve que encontrarme otra vez con algunos de esos personajazos gaditanos enfrente del palacete... Pues sí, esto para mí se convierte en lo más interesante de esta parada dentro de nuestro itinerario, porque ni su cambio de guardia, ni tan siquiera su supuesta magestuosidad lograron cautivarme. Me quedo con otros lugares de London menos conocidos pero sin duda más atractivos que un palacio donde lo único que pueda llamar la atención son los 16 pasos que da la guarda de izquierda a derecha y luego al revés... Me quedo con el deseo a lo Fontana di Trevi hecho por Fran y por mí!

Hyde Park. O lo que a partir de ahora será conocido como las mil y una frases de asombro de Fran... a ver si supera de una vez la etapa de los por qués. Mortal todos los momentos que se dieron durante ese paseo en plan no entiendo esto y no entiendo lo otro... jajajaja. En definitiva, enorme parque, grande; recorrer nada más que la mitad del mismo nos llevo cerca de 45 minutos y tuvimos que desistir con la visita nada mas que por la falta de luz, aunque la puesta de sol al final del lago que sale en la foto no se pagaba con dinero. Sobre todo recordar dos cosillas, el arte del pato que andaba entre los cisnes peleándose por coger un trocito de pan, y luego los pibes bailando a lo RUN DMC's con patines... se salían. Y bueno también nombrar que no vimos nada de lo turísticamente interesante, pero pasear por allá como un londinense más también tiene sus ventajas.

English Pub. El culpable de que la última noche no haya sido una noche de lágrimas ni de despedidas efusivas, ni grandes discursos ni nada de eso!!! O por lo menos el culpable de que no me acuerde de ninguna de esas cosas, porque las malditas 8 pintas lo único que realmente consiguieron fue que me olvidara de mi maleta de mano y de despedir a cada uno como hubiera querido, con fuertes abrazos y con atenta mirada. Y en vez de eso solo tengo el recuerdo de un metro, tres pirados, algunos pocos espectadores y un conductor de autobus despertándome a la llegada del aeropuerto de Stansted. Los momentos vividos entre la entrada al bar y la entrada al avión de Ryanair siendo el último de todos sus tripulantes fueron realmente raros, recordar a David en una posición poco másculina en el bus, recordar a Enrico gritando en el bar mientras el camarero le pedía a la persona menos indicada (a mí, claro!) que se comportase su amigo, y luego darle abrazos a Lolo (creo recordar) el amigo de Aida... jajajajaj que noche, esas son las que me gustan, esas son las que se echan de menos verdaderamente!!!! Una pena que no todos pudieseis estar allá, pero bueno, os perdisteis una buena combinación de inglés, carlsberg, amistad y alguna que otro himno de los erasmus como el que podeis ver ahora: